Desde que se supo que la actividad industrial iba a cesar en la Fábrica de Tabacos de Embajadores, ésta, la Tabacalera, ha movido la imaginación de muchos colectivos de Lavapiés. La Tabacalera sigue siendo el edificio apropiado para experimentar con un centro integrado de diversas iniciativas y proyectos que sirvan para paliar alguno de los muchos problemas del barrio, con un protagonismo activo de sus habitantes, a la vez que para desarrollar el enorme potencial creativo, el rico y complejo tejido social de la ciudadanía madrileña.
En noviembre de 2005, una red amplísima y muy heterogénea de vecinos y vecinas, colectivos y asociaciones propuso a la administración un debate ciudadano, democrático y abierto, sobre los usos y el destino de la Tabacalera. Las características de este edificio permiten pensar en él como un espacio que puede responder a numerosas demandas y deseos de los habitantes de Madrid, haciendo de él un proyecto integrado e innovador que cumpla una funcion dinamizadora -experimental y productiva- de los lazos sociales entre las múltiples comunidades y situaciones de vida que forman el barrio.
Hemosmantenido ya conversaciones con el propio Ministerio, solicitando de la institución que asuma este proceso participativo ciudadano y contribuya al mismo abriendo el espacio para un mejor conocimiento de éste por parte de la ciudadanía; permitiendo asimismo que se produzcan los diversos actos públicos relacionados con el debate en el contexto de la Fabrica de Tabacos. A día de hoy esperamos todavía una respuesta.
La política cultural y urbanística de espectacularización de la vida, la creación de una ciudad o una imagen de la ciudad articulada en torno al consumo, al ocio, al turismo, a los servicios privatizados,busca reducirnos al anonimato, separarnos de las decisiones, hacernos súbditos pasivos, espectadores de la vida, nunca protagonistas de la ciudad. En una ciudad ajena, gobernada por fuerzas que se quieren invisibles, la vida social desaparece, la vida es un asunto individual que los representantes políticos se encargan de gestionar, sumergiéndonos en luchas por la vida -más integrados, felices en nuestra soledad, conectados al trabajo dependiente y precario y sus tiempos de vida, hipotecados- que no nos interesan.
La Tabacalera puede ser una oportunidad para resistirse y experimentar una ciudad de ciudadan@s activ@s frente a la globalización de los modos de vida que conduce a una pasividad clientelar.
Estas son algunas de las razones por las que queremos impulsar el debate sobre el derecho de uso ciudadano de la Tabacalera. Por eso iniciamos una serie de encuentros y acciones que nos permitan pensar cómo abordar el trabajo de recuperación social de este edificio.
Porque la imaginación de Lavapiés vuela sin permiso.