En 2009 de nuevo han salido a la palestra los problemas que sufren los chavales y chavalas más desfavorecid@s:
- L@s que están tutelados por las administraciones (bien por que han sido abandonad@s, bien porque no pueden vivir con sus familias biológicas o bien porque se les ha separado de éstas por motivos reales o supuestos).
- Aquell@s chicos y chicas que han cometido algún delito y son encerrad@s como forma de castigo.
Los niños y los adolescentes constituyen uno de los sectores más vulnerables de toda sociedad, y en tiempos como los actuales donde el negocio puede aparecer en cualquier lugar, ell@s también son tratad@s como mercancías.
A los reformatorios y hospicios de toda la vida se les llama ahora “centros de menores”, y a las condenas “medidas”, pero el gran cambio se ha dado en la gestión del producto. Decenas de supuestas ONG´s han florecido al calor de los euros con que se subvenciona la reclusión o la “protección” de l@s chavales: Fundación Diagrama, Grupo Norte, GINSO, Fundación O´Belén... Entidades todas supuestamente sin ánimo de lucro que tienen entre sus promotores a empresarios inmobiliarios, políticos de segunda o simples cazadores de inversiones.
En los últimos meses ha salido a la luz la forma en que se “protege” y se “educa” a much@s de estos chicos y chicas: aislamiento, medicación forzosa, humillaciones, golpes, intromisión en la initimidad, alejamiento (incluso cientos de kilómetros) del entorno social y familiar son sólo algunos de los métodos de bajo coste que emplean estas empresas para que los niños y niñas que les son asignados molesten lo menos posible durante el periodo en que son rentables.
No todo el panorama es oscuro, aún en estas condiciones muchos chavales han sido capaces de vencer el miedo y sacar a luz lo que les estaba ocurriendo. Desgraciadamente algunos como Saray (14 años), Hamid (13 años) o Miguel (17 años) han terminado quitándose la vida bajo custodia de estas empresas/”fundaciones”, pero también hemos sido testigos de la rebeldía de otros, que han organizado motines y fugas o, cuando han encontrado apoyo, han sido capaces de poner por escrito lo que les estaba ocurriendo. La solidaridad se expresa sin reglas, sin noción siquiera del ejemplo que dan resistiendo todo tipo de barbaridades.
Es el momento de hacer llegar a todas aquellas familias, chicos y chicas que aún tienen esperanza un mensaje claro: no todo el mundo está dispuesto a quedarse impasible ante estas injusticias; vamos a dar la cara por ell@s.
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