Rompamos el Silencio.
Madrid. Del 17 al 20 de Mayo de 2010.
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El acuerdo de Libre Comercio entre Colombia y la Unión Europea: el saqueo sigue

Gearòid Ó Loingsigh

Domingo 16 de mayo de 2010

En 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, los Estados Unidos y Canadá. Todo el mundo se dio cuenta por la sublevación zapatista, pero la Unión Europea tomó nota de otras consecuencias. Perdió su poca participación en el mercado mexicano.

La UE decidió en ese entonces poner en marcha una ofensiva diplomática para llegar a acuerdos TLC con los países de América Latina. A diferencia de los EE UU empeñados en promocionar el ALCA la UE optó por firmar acuerdos con países individuales o con grupos de países reconociendo las grandes diferencias entres sus economías y sus relaciones con la UE y las dificultades que eso representaba para firmar un acuerdo global. Su primer acuerdo se firmó con México.

Desde ese momento la UE ha emulado a la política norteamericana firmando y entrando en negociaciones a lo largo y ancho del continente. Además, de los TLC, en el caso de Colombia aprobó el SPG plus. El SPG replica el ATPDEA de los EE UU. Otorga preferencias arancelarias a Colombia por su compromiso y éxito en la mal llamada lucha contra las drogas. Así en la actualidad hasta 7.200 productos colombianos pueden entrar y circular por la UE sin pagar arancel o en los peores casos paga un arancel bajo. Quiere decir que Colombia no requiere de un TLC para poder comercializar sus productos con la UE. EL TLC no es para el beneficio de Colombia sino para beneficiar el gran capital europeo y su entrada en Colombia. Valga decir que los productos que Colombia exporta a Europa son productos primarios como son: el carbón (32%), seguido por el banano (16,2%), café (13,8%), ferro níquel (11,6%), peces y crustáceos (3,4%) y flores (3,4%) y además Europa es el principal destino del aceite de palma colombiano cuya producción ha experimentado un aumento vertiginoso en los últimos años.

La UE no esperó a la firma de un acuerdo para comenzar este proceso. El Banco Europeo de Inversiones, una entidad de cooperación europea con las empresas de los países del sur, dio un préstamo barato a Telefónica de España para apoderarse de la empresa de telecomunicaciones Movistar. Ese ejemplo dice más de las intenciones europeas en Colombia que cualquier comunicado público sobre la “ayuda al desarrollo”. Parece increíble que nadie dude de los intereses e intenciones de los EE UU pero sí de las intenciones e intereses europeas en Colombia.

Hay varios sectores donde los EE UU no es el poder dominante. Sin lugar a dudas los EE UU son y serán dominantes en el sector agrícola en términos de las importaciones de alimentos que Colombia hace de ultramar. En el caso de trigo se ve claramente el dominio de los EE UU; Colombia importa más de 1.265.000 toneladas al año de ese cereal. Sin embargo, la UE es el destino del aceite de palma, del cacao y otros productos. También piensa dominar el mercado de leche en Colombia con sus excedentes (algunas empresas lecheras en Colombia, como Parmalat son de capital europeo). Hasta los ultraderechistas como José Felix LaFourie, presidente de la asociación ganadera FEDEGAN y defensor de la financiación que los ganaderos dieron a las AUC ha afirmado que se podrían perder cientos de miles de empleos en el sector lechero si el TLC con Europa entra en vigor.

Hay otros sectores donde las empresas europeas son dominantes. La BP y Repsol son empresas dominantes del sector petrolero; Telefónica del sector de telecomunicaciones; y el BBVA es apenas una de las entidades financieras europeas que operan en el país directamente o a través de filiales. En el sector del suministro de agua, son las empresas europeas como Suez y Aguas de Barcelona las que están entrando con mucha fuerza. Ese sector está siendo privatizado bajo las directrices del Banco Mundial. Dicha privatización también es impulsada por varias instituciones de la UE y por sus fondos de cooperación internacional. Y son las empresas europeas las que se han apoderado de varias de las empresas privatizadas en Colombia.

Además, la UE es el segundo socio comercial de Colombia después de los EE UU con un flujo de comercio de más de 6.400 millones de euros y como claro indicio de su interés económico en el país y sus intenciones estratégicas a largo plazo, la UE es el principal inversionista en el país dejando en segundo lugar a los EE UU.

El efecto del TLC con Europa no guarda muchas diferencias con el TLC con los EE UU. Puede que algún sector salga más afectado en uno u otro acuerdo pero en términos generales el impacto será muy parecido. Era de esperar pues, que los temas de discusión fueran los mismos. He aquí un listado de los temas que discutieron los europeos. Es exactamente la misma lista que discutieron los norteamericanos, es decir:

1. Acceso a mercados, incluyendo aranceles y medidas no arancelarias (reglas generales y sectores no agrícolas).

2. Acceso a mercados, incluyendo aranceles y medidas no arancelarias (agric.).

3. Asimetrías y tratamiento especial y diferenciado.

4. Reglas de origen.

5. Asuntos aduaneros y facilitación del comercio.

6. Obstáculos técnicos al comercio.

7. Medidas sanitarias y fitosanitarias.

8. Instrumentos de defensa comercial.

9. Servicios, establecimiento y movimiento de capitales (inversiones).

10. Compras públicas.

11. Propiedad intelectual.

12. Competencia.

13. Solución de diferencias, asuntos horizontales e institucionales.

14. Comercio y desarrollo sostenible.

La UE como principal inversionista en Colombia es la principal fuente del saqueo de los recursos naturales del país. De la misma manera que los EE UU buscaron beneficiar a su sector agrícola en las negociciones de su TLC con Colombia, la UE ha buscado fortalecer determinados sectores agrícolas y además ha fomentado a través de la “cooperación internacional” y los cambios en los aranceles la especialización del campo colombiano en determinados productos destinados al mercado europeo, como son el aceite de palma, cacao, flores, cafés especiales, etc. Ahora con el TLC pretende profundizar esa tendencia y abrir más el país al capital europeo y la expansión de las empresas del sector extractivo, bancario, etc.

El gobierno colombiano se rindió hace mucho tiempo en su vano intento de construir una economía propia. Su apuesta actual es retornar a los tiempos de una economía productora de bienes primarios que se exportan a Europa. En el TLC y la política general del país, el gobierno ha optado para promocionar la extracción minera, petrolera y la especialización del campo en productos exóticos para mercados externos. El TLC pretende elevar esa política al nivel de tratado legal internacional que sujeta las generaciones venideras a trabajar y producir según el antojo y necesidad del capital europeo y consumir los excedentes agrícolas de los países del norte.

Gearòid Ó Loingsigh, investigador social, trabaja con organizaciones de base en Colombia. Autor de dos libros sobre el conflicto colombiano: La Estrategia Integral del Paramilitarismo en el Magdalena Medio y El Catatumbo: Un reto por la verdad.

Rompamos el Silencio ha solicitado a diversos autores y autoras los distintos textos que conforman este dossier, con la intención de elaborar un marco amplio de perspectivas sobre la realidad latinoamericana al calor de la presidencia española de la UE. Las opiniones vertidas en el mismo responden, por tanto, a las personas que los firman y no constituyen necesariamente la línea política de Rompamos el Silencio que por tanto no se responsabiliza de las mismas.

Asamblea de Rompamos el Silencio

Mayo de 2010

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